La antigua capilla de la Soledad fue dotada en 1666 por el Capitán Pedro Pardo Taboada y su esposa Catalina de Vivero y Navia y Villamil. En la actualidad dispone de un retablo con cuatro columnas y frontón curvo, todo jaspeado y dorado. En el centro, en el lugar que antiguamente ocupó la Dolorosa, se encuentra una talla de un Ecce Homo sentado del siglo XVIII. Debajo se emplaza una urna de cristal con una Dolorosa del siglo XVII y, a los lados, las tallas de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier.
Esta capilla fue fundada y dotada por Álvaro Pérez Osorio y Rengifo y su esposa María, marquesa de Miranda, a quienes pertenece el arcosolio sepulcral del muro izquierdo. Dispone de un gran retablo plateresco, dorado y estofado, de tres cuerpos. Su banco está formado por un gran conjunto de relieves. Entre ellos destaca la Santa Cena, en el centro, y la Resurrección y el Nacimiento, en los laterales.
El primer cuerpo del retablo está formado por tres hornacinas y cuatro columnas con relieves de santos. En las hornacinas se muestran las tallas de San Sebastián, del siglo XVIII, Santa Catalina, del siglo XVI y Santa Ana con la Virgen Niña, una escultura inglesa del siglo XV traída en el momento de las persecuciones a los católicos.
En el segundo cuerpo se encuentra la imagen de la titular de la capilla, la Inmaculada, una excelente talla del siglo XVII. A sus lados, la imagen barroca de Santa Bárbara y un Santo Apóstol.
El tercer cuerpo está formado por una hornacina con un Cristo de talla y columnas del mismo tipo que la del anterior cuerpo, con un remate de frontón curvo en el que aparece el Padre Eterno.
Esta capilla fue fundada y dotada por Antolín de Estrada, Regidor de Mondoñedo, y su esposa María de Losada. Su retablo es neoclásico, de finales del siglo XVIII, y dispone de un solo cuerpo con cuatro columnas compuestas. Su imagen principal es el Cristo de la Buena Muerte, con cara de joven y a tamaño natural. A los lados, imágenes al óleo de la Virgen, San Juan y la Verónica. El retablo está rematado por un medallón con el relieve del apóstol San Pedro, con las llaves.
El retablo de esta capilla es de estilo renacentista. Un solo cuerpo con hornacina, dos columnas y un frontón triangular, todo jaspeado y perfectamente dorado. La imagen de la hornacina es una escultura de San Francisco de Asís, copia de la de Mena. Sobre el frontón hay un medallón con un hermoso relieve que representa la traslación de Santiago a Galicia, sostenido por ángeles.
A los lados del retablo se encuentran los bustos de San Pedro y San Pablo, de finales del siglo XVIII, y en los muros laterales dos esculturas sobre unas peanas de piedra que corresponden a Santiago peregrino y San Roque, ambas del siglo XVIII.